Financiamiento educativo: La mentira K de las “metas alcanzadas”

lunes, 4 de marzo de 2013 ·

El gobierno kirchnerista sacó una solicitada y un informe en Fútbol para Todos criticando el reclamo docente y justificando su política educativa, responsabilizando a los gobernadores por la crisis salarial. Además, dice haber aumentado el gasto en Educación hasta el 6% del PBI, como proponía la Ley de Financiamiento Educativo, recomendado por el Banco Mundial. Si esto es cierto: ¿cómo es que la educación pública se sigue cayendo a pedazos, los docentes siguen cobrando salarios de miseria y todos observamos la continuidad de la decadencia de los establecimientos educativos y el déficit del material básico para trabajar?

La propia “meta” de la ley de financiamiento contenía una trampa: se aceptaba las directivas del Banco Mundial, que remplazaba a la “vieja” e histórica meta establecida en 1960 por la Unesco: que en cada país el 25% del presupuesto se dedicara a Educación. “Pero es lo mismo”, nos decían, “es sólo un indicador más moderno”, “6% del PBI o 25% del presupuesto da un número similar”. Falso, rotundamente falso: sumando los presupuestos de las provincias y de Nación, la Argentina hoy invierte en educación casi el 6% del PBI que equivale al 13,8% del Presupuesto total. ¡Faltarían todavía 11 puntos para alcanzar lo recomendado por Unesco! Acá está la primera respuesta a la decadencia de la educación pública argentina.

Pero alguien podría pensar: “Ciertamente falta. Pero al menos se aumentó lo que se gasta en educación en comparación con la década menemista”. De nuevo, rotundamente falso: la Ley de Financiamiento tomaba como punto de partida el año 2005, cuando lo destinado a Educación era el 4,6% del PBI, y hoy muestra como un éxito que se lo haya llevado al 6%. Pero si nos tomamos el trabajo de mirar los números “hacia atrás”, tenemos que en 2001, antes de la crisis, el gasto en educación era del 4,9% del PBI. Esos eran los números de una época donde todos acordamos que la educación ya estaba en crisis total y absolutamente desfinanciada. ¡Pasó toda una década de “gobierno nacional y popular” para aumentar apenas 1%!

Pero apenas hemos despuntado el iceberg. El kirchnerismo nos prometía, además, modificar las cuestiones más aberrantes de la política educativa menemista. Todos coincidiríamos en que uno de los problemas más graves estaba en las consecuencias de la “transferencia” de las escuelas a las provincias de 1992. Así quedaba, entonces, un Ministerio de Educación “sin escuelas”, aportando sólo el 17% del total de gasto educativo, mientras que el “muerto” del gasto caía sobre las provincias, con el 83% restante. Pero cuando se sancionó la ley de financiamiento, por las luchas docentes provinciales y el propio Argentinazo, habían modificado ese número “a la fuerza”: la Nación estaba poniendo el 27% del total y las provincias el 73%. Aun así, los porcentajes seguían siendo aberrantes, generando disparidades terribles entre distintas jurisdicciones. Pero si nos preguntamos que pasó luego de la aplicación de la Ley de Financiamiento, tenemos que ahora Nación aporta el 32% y las provincias el 68%. ¡Así “prioriza” el gobierno kirchnerista la educación! En concreto, en el Presupuesto Nacional de 2013 lo destinado a Educación no llega al 6%, mientras que para pagos de deuda pública se dedica más del 9%.

A todo esto tenemos que sumarle que no se ha modificado en absoluto la tendencia a la privatización de la educación (la educación privada no disminuyó en el total, sino que aumentó del 25 al 27% en estos años), lo que se expresa en que gran parte de los fondos estatales son destinados a subsidiar establecimientos privados (en particular de la Iglesia Católica): en promedio, por cada 2,7 pesos que el estado invierte en la escuela pública, pone 1 peso en la privada.

Resulta ahora claro por qué, aunque el gobierno kirchnerista “cumplió” la meta del Banco Mundial de llegar al 6% del PBI en “inversión educativa”, “no cumplió” ninguna de las otras metas que demagógicamente planteaba la Ley de Financiamiento, las más importantes: ni se llegó al 30% de la matrícula en escuelas de jornada completa, ni al 100% de inclusión en el prescolar, ni a los 10 años de escolaridad para todos, ni, mucho menos, a eliminar la desigualdad en la inversión por alumno por cada jurisdicción. Ello sólo será alcanzable volviendo a la vieja meta de la Unesco: 25% del presupuesto para educación, en la Nación y en las provincias, totalmente dedicado a la educación pública, terminando con los subsidios a las privadas. ¿Es posible? Absolutamente, si dedicamos a ese fin prioritario todo lo que hoy se destina al barril sin fondo de los pagos de la deuda externa.

0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Galería de fotos

Spot Cambio en el Senado

Spot

Spot Jubilaciones

RUBÉN "POLLO" SOBRERO: DE LA CÁRCEL A LAS VÍAS

La Internacional Socialista

Miguel Arena, Propuestas 3

Miguel Arena, Propuestas 2

Miguel Arena, Propuestas