El gobierno kirchnerista se caracteriza por ocultar
los verdaderos objetivos de sus medidas antipopulares y antidemocráticas
con frases y campañas demagógicas y rimbombantes con las que intenta
que parezcan lo opuesto. Esto ocurrió en 2009 cuando logró imponer, con
la complicidad de los principales partidos patronales, la UCR y el PJ,
la ley de Reforma Política. En sus discursos decía que su intención era
“transparentar la política” y “terminar con las listas fantasmas y
colectoras”. Así nacieron las internas abiertas, PASO (Primarias
Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), uno de los pilares de esta
reforma, con las que supuestamente íbamos a poder elegir quiénes serían
los candidatos de cada partido. Nada más lejos de la realidad. No sólo
son totalmente inútiles para ese objetivo, ya que los candidatos son
elegidos “a dedo” por cada uno de los partidos tradicionales. Lo peor y
más perverso, es que la reforma impone que los partidos que en las PASO
no consigan reunir los votos del 1,5% del electorado pierden la
posibilidad de presentarse en las elecciones. O sea, inventaron unas
pre-elecciones que sólo constituyen un filtro para definir quiénes
podrán presentarse en las verdaderas elecciones. De este modo, queda
cercenado uno de los más elementales derechos democráticos: que
cualquier ciudadano es libre de elegir a sus representantes y de
proponerse para ser elegido.
El objetivo real de esta ley es muy claro. Lo venimos
denunciando desde que el kirchnerismo lanzó esta “reforma”. El Frente de
Izquierda que conformamos en 2011 junto a PO y PTS, con el apoyo de
otras agrupaciones de izquierda, se propuso entre uno de sus objetivos
vencer esta trampa con la unidad de la izquierda. La “reforma política”
kirchnerista, instrumentada en las supuestas “internas abiertas”, fue
pergeñada para dejar afuera del panorama electoral a los partidos de
izquierda, impidiéndoles difundir y llegar con sus propuestas a todos
los trabajadores y sectores populares, y obtener diputados y senadores
que en el Congreso representen legítimamente los verdaderos intereses
populares. Con la proscripción que en los hechos significan estas
elecciones internas previas, el kirchnerismo y los partidos patronales
buscaron volver al tradicional bipartidismo entre peronistas y radicales
que caracterizó la historia política argentina, negando la posibilidad
de que existan otras alternativas y de que se escuchen otras propuestas,
especialmente las de la izquierda que propone medidas de fondo,
anticapitalistas y socialistas.
En el año 2011, con el Frente de Izquierda logramos
vencer esta perversa maniobra proscriptiva. Este año el desafío es
mayor, pues el gobierno redobló la apuesta sumando al electorado a todos
los jóvenes mayores de 16 años, que podrán optar por votar o no, aunque
todos cuentan para establecer el mínimo del 1,5%. Otra maniobra que se
esconde detrás de un discurso supuestamente progresivo de reconocimiento
de los derechos de los jóvenes.
Desde el Frente de Izquierda pondremos todo nuestro
esfuerzo militante para volver a superar la proscripción y para meter
nuestras voces, denuncias y propuestas en el Congreso.
Las “internas abiertas” (PASO): Una trampa proscriptiva
miércoles, 3 de julio de 2013
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