24 de Marzo "Derrota Kirchnerista"

lunes, 25 de marzo de 2013 · 0 comentarios



José Castillo (candidato a diputado nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda por Capital), señaló: “El kirchnerismo quiso por todos los medios que este 24 de marzo solo haya banderas de La Cámpora y organizaciones afines al gobierno en Plaza de Mayo. Pero no pudieron. Se quedaron desde las 14 horas hasta las 19, con el objetivo que el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, junto a la izquierda, no pudiera entrar. Tuvieron que retroceder en chancletas a pesar de que tiraron gas pimienta y apelaron a una patota paga con recursos del Estado. Miles y miles que marchamos diferenciados pudimos hacer el acto y leer el crítico documento en la plaza histórica, y marchar con miles en todo el país. Prueba que el terreno ganado contra la impunidad lo vamos a seguir defendiendo contra el doble discurso del gobierno. Si la impunidad sigue, habrá lucha y movilización”. 
Juan Carlos Giordano (candidato a diputado nacional por provincia de Buenos Aires), agregó: “Los derechos humanos se siguen violando hoy. Julio López sigue desaparecido. El aparato represivo sigue intacto. Hay 19 asesinados en represiones a movilizaciones populares y el gobierno aprobó la Ley Antiterrorista para perseguir a los luchadores. Y el espionaje de la Gendarmería contra los que reclaman. También se violan los derechos humanos cuando se sigue pagando la deuda externa de la dictadura a costa del salario, jubilaciones, la salud o la educación. Por eso el aparato kirchnerista no pudio impedir que en la Plaza se levantara una tribuna independiente con consignas bien claras: ¡No a la impunidad de ayer y de hoy! ¡Cárcel común y efectiva a todos los genocidas! ¡Apertura de todos los archivos de la dictadura! ¡Restitución de la identidad de los jóvenes apropiados! ¡Basta de criminalización, espionaje, persecución y asesinato de luchadores populares! ¡No al ajuste y a la entrega. No al pago de la deuda externa! ¡Derogación de la ley antiterrorista! ¡30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes!”

Asesinados y desaparecidos del PST: ¡Siempre presentes!

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Igual que en todas las movilizaciones de cada 24 de marzo, este año nuevamente la columna de Izquierda Socialista estará encabezada por la bandera que representa al centenar de inolvidables camaradas caídos del partido del cual nos enorgullecemos por ser sus continuadores, el glorioso PST (Partido Socialista de los Trabajadores), quienes fueron asesinados por la Triple A durante el gobierno peronista, entre 1974 y 1976, o secuestrados, torturados y desaparecidos durante la última dictadura. Nada mejor que los rostros que aparecen en esa bandera, como los de Adriana Zaldúa, Alberto Senar, Ana María Martínez, Arturo Apaza, César Robles, Charles Grossi, Chela de González, Eduardo Villabrille, Irene Peña, Rubén Boussas, Juan Carlos Nievas -por nombrar al azar sólo algunos-, para expresar nuestra más visceral repugnancia hacia sus asesinos y torturadores y nuestra inquebrantable voluntad de lucha por la justicia y castigo que aún siguen pendientes para ellos y sus cómplices militares y civiles, los políticos del PJ y la UCR que le dieron la bienvenida al golpe del 76, los empresarios y agentes del imperialismo yanqui que lo promovieron, y los curas que actuaron como delatores o bendiciendo a los asesinos mientras arrojaban sus cuerpos al río en los “vuelos de la muerte”, ayudándolos a justificar sus horrendas matanzas y vejámenes.
Pero, además de este repudio y reclamo de justicia constante, con la bandera de nuestros compañeros caídos al frente y bien en alto, también simbolizamos su presencia viva y la continuidad de su lucha y anhelos que encarnamos en la militancia cotidiana. Ellos entregaron sus vidas y “murieron por lo que eran: socialistas, revolucionarios e internacionalistas legítimos”, como dijo nuestro maestro Nahuel Moreno en el acto de despedida a los compañeros caídos en 1974 en la Masacre de Pacheco. Fueron trabajadores y estudiantes, en su mayoría jóvenes, que lucharon por un mundo sin explotadores ni explotados, un mundo socialista. Y aquí están nuestros jóvenes militantes de la Juventud de Izquierda Socialista, aquí estamos todos los que integramos Izquierda Socialista en Argentina, como miembros de nuestro partido internacional, la Unidad Internacional de Trabajadores- Cuarta Internacional (UIT-CI), orgullosos y entusiastas de estar comprometidos a continuar su lucha.

Proyecto X: ¡Basta de espionaje a los que luchan!

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Aunque la ministra Nilda Garré y funcionarios como Aníbal Fernández lo habían negado hasta el hartazgo, finalmente el peritaje dio cuenta que la Gendarmería ha venido realizando espionaje contra distintas organizaciones y luchadores sociales, sindicales y políticos. Las pruebas van desde trabajadores de Kraft al momento en que enfrentaban los despidos, hasta referentes de Derechos Humanos como las Madres Elia Espen y Nora Cortiñas, no alineadas con el gobierno. También se aportan datos aberrantes, como el espionaje realizado por la Gendarmería contra quienes exigían la aparición con vida de Julio López a nueve días de su desaparición. Es decir, en vez de intentar rastrearlo, la Gendarmería se empeñaba en espiar a quienes sí peleaban por hacerlo. Lo mismo con los familiares y amigos de Luciano Arruga.
Por el material obtenido se sabe que este método habría sido empleado tanto durante el periodo en que la Gendarmería se hallaba comandada por Aníbal Fernández, como durante la gestión de Garré. Lo cual sugiere que no se trata de la iniciativa individual de un funcionario, sino de una práctica avalada por el gobierno en su conjunto, encabezado por Cristina Kirchner.
Esta práctica, si bien no es nueva, desenmascara el carácter de un gobierno que se pretende “defensor de los Derechos Humanos”. Tal como había denunciado la abogada Myriam Bregman, las pruebas recabadas por la Gendarmería eran, en ocasiones, empleadas en el armado de causas judiciales. Es decir, el espionaje es una herramienta más de las que emplean para perseguir y judicializar las luchas. Para poner en banquina a quienes a diario salen a las calles a enfrentar la política del gobierno. Así lo han intentado hacer en su momento con la detención del “Pollo” Sobrero, por sus denuncias contra el desguace del sistema ferroviario, encabezada por el propio Aníbal Fernández acusándolo de “quemar trenes”. Causa donde Sobrero fue sobreseído fruto de una enorme movilización popular en apoyo y por falta de pruebas. Recordando, además, que este gobierno siempre se negó a aprobar una ley presentada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para desprocesar a los más de cinco mil luchadores sociales procesados por luchar.
El gobierno aprovecha para mostrarse ante los jóvenes y las nuevas generaciones como que combate la “impunidad”. Esto prueba todo lo contrario. Por eso, este 24 de marzo, gritemos bien fuerte: ¡Abajo el Proyecto X! ¡Juicio y castigo a los responsables del espionaje! ¡Desprocesamiento de todos los procesados por luchar! ¡Abajo la Ley Antiterrorista! ¡Basta de perseguir y criminalizar a los que luchan!

La extranjerización en números

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 El Indec registra que, en 2009, los dos tercios de las 500 empresas más grandes son extranjeras (Clarín 16/1/2011). Sólo son argentinas 176 y 324 extranjeras (estas últimas aportan el 79,3% del valor bruto de producción, ganan más que las argentinas, empleando menos gente y pagando salarios inferiores).
• Monsanto (EE.UU.) es la principal productora de agroquímicos del país.
• Todas las automotrices instaladas en el país son 100% transnacionales: General Motors, Renault, Peugeot- Citroen, Volkswagen, Toyota, Ford, Fiat, Mercedes Benz, Iveco, Honda y Scania.
• En minas y canteras figuran 40 empresas: sólo cuatro son argentinas. Respecto a la minería, en 2006 la participación de filiales de transnacionales en el total de la producción minera es del 100%, lo que solo se encuentra también en Gabón, Ghana, Guinea, Mali y algún país asiático periférico (Informe World Investment Report de la UNCTAD del 2007 reproducido en Clarín, 13/1/2008). Entre las principales empresas se encuentran la Barrick Gold (Canadá) y La Alumbrera (Suiza-Canadá) liderando el ranking.
• Entre los principales terratenientes del país, Benetton lidera el ranking con 900.000 hectáreas.
• Las exportaciones del “complejo sojero” la concentran siete multinacionales que manejan el 79% del negocio. Cargill (EE.UU): 13%; Noble Grain (China): 12%, A.D.M (EE.UU): 12%; Bunge (EE. UU): 11%; Dreyfus (Francia): 11%; Toepfer (Alemania): 10%; Nidera (Holanda): 10%.
• En el período 1991-2001, la participación del capital extranjero en la economía promedió el 15%. Pos convertibilidad, en cambio, ascendió al 28,7% (Evolución de la IED en Argentina. Una comparación entre la década del 90 y el período postcrisis. Juan Pablo Calvo Vismara, 2008-UNMP, Fac. CEyS).
• Respecto del comercio exterior, el 90% de las operaciones las dominan empresas extranjeras. En 1993, el porcentaje era del 60 por ciento (Ídem).
• Las mayores exportadoras cerealeras son extranjeras (las yanquis Cargill, Bunge y ADM, y la francesa LCD).
• Pese a la reestatización parcial de YPF, el 83% del negocio petrolero continúa en manos de multinacionales. Entre ellas, Chevron, Petrobras, Total, entre otras.
• A nivel de América Latina, si hace diez años había 76 empresas argentinas entre las 500 más grandes, en el ranking de 2009 hecho por la revista América Economía descendieron a 33.
• En el rubro supermercados, de los siete de mayor facturación, sólo dos son argentinos, en el 3° y 4° puesto (Revista Mercado, junio 2012). El rankink lo encabeza el grupo chileno Paullamnn, integrado por Cencosud, Jumbo, Easy, Disco, Plaza Vea, Unicenter, Blaistein y otros shoppings en el interior del país.
• La participación de empresas brasileras en la producción argentina es altísima. Sobre el total de la producción, Brasil tiene el 42% en cemento, el 40% en calzados y en bebidas y 38% en alimentos. Treinta por ciento en siderurgia y carne. Y un 25 por ciento en textil.
• En el período 2003-2009, el factor más dinámico en el financiamiento de las grandes empresas fueron los subsidios del Estado, que crecieron un 345%.

¿“Industria nacional” o extranjerización?

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Contrario a lo que suele enunciar en sus discursos, el peronismo kirchnerista ha consolidado la tendencia de los últimos 20 años. Es decir, mayor concentración en un puñado de grandes grupos capitalistas extranjeros y nacionales y la consolidación del esquema exportador agropecuario y de la agroindustria, favoreciendo a los grandes pulpos exportadores extranjeros (Bunge, Cargill, Nidera y Dreyfus), junto a los exportadores de combustible, minerales y automóviles. A esto se suma un fenomenal crecimiento del capital financiero. De las 220 empresas que más facturaron en 2007, 128 eran extranjeras. Mientras que, en 1997, eran 104 (La Nación, 21/06/09). Y en algunas áreas como minería, automotrices o la extracción de litio, la presencia de transnacionales que expolian nuestras riquezas para transferir sus utilidades al exterior es absoluta. Es decir, la tendencia a la extranjerización no sólo no se detiene, sino que se profundiza. Todo esto con el amparo de la ley de Inversiones Extranjeras sancionada por la dictadura y sostenida por los sucesivos gobiernos, que mantiene en pie de igualdades a los capitales nacionales con los extranjeros, que se ven igualmente favorecidos con exenciones impositivas y fondos del Estado, a la vez que se les brinda facilidades para remitir sus ganancias al exterior.
Según un estudio de Calvo Vismara, las empresas extranjeras dominan el 90% de las operaciones de comercio exterior, contra un 60 por ciento en 1993. Es decir, las “vaquitas” son -cada vez más- ajenas.

No hay un proceso de reindustrialización
Si bien es un hecho que de 2001 a esta parte ha habido una incipiente reactivación de la industria que se recostó en la brutal baja de los costos operativos pos devaluación, lo que ha primado fue la compra o fusión de empresas y la puesta en producción de parte de la capacidad ociosa del período previo a 2001. Es decir, la reapertura de algunas fábricas en desuso tras la recesión de finales de los 90. Sin embargo, esto no altera la tendencia en curso del 75 a esta parte. A contramano de lo que suele enunciar el gobierno, la apertura de nuevas fábricas es un fenómeno marginal que no altera la tendencia hacia la reprimarización de la economía. A esto se suma que la industria automotriz o el polo industrial de Tierra del Fuego, “paraísos industriales” según los kirchneristas, no son más que ensambladoras de piezas importadas desde el exterior, que poco valor agregado aportan al proceso productivo. Y que el 73% del crecimiento se concentra sólo en tres ramas, dos de ellas con una alta penetración extranjera: minería, automóviles y metalurgia.
Este proceso se muestra cabalmente si comparamos la participación de la industria manufacturera en el PBI a lo largo del tiempo. Mientras que en el período 1975-79 llegó al 30,76%, a partir de allí empezó el retroceso y en el período 2000-04 descendió hasta el 19,54% (cuadro de PBI por sectores elaborado por Orlando Ferreres). Y, contra todo lo que dice el gobierno sobre su “modelo industrialista”, baja a 17,90%, en 2011 (Dirección Nacional de Cuentas Nacionales). Ni siquiera alcanza el nivel de 1993, cuando registró un 19,81%. Esto significa que el crecimiento de la agroindustria no revierte la tendencia de retroceso y estancamiento de la industria.

Argentina, una semicolonia yanqui
Como veíamos anteriormente, no estamos frente a un proceso ni “industrialista” ni “nacional”. Por el contrario, las tendencias hacia la concentración, extranjerización y liquidación de la industria inauguradas por la dictadura se han ido profundizando a través de los distintos gobiernos, incluido el último período. Argentina sigue siendo, pese a la perorata kirchnerista, una semicolonia del imperialismo yanqui. Así lo demuestra su estructura económica, principalmente en manos de capitales extranjeros, fuertemente atada a los vaivenes de la economía global y sostenida centralmente sobre los altos precios de los productos agropecuarios como la soja en el mercado internacional. Esto le ha permitido al kirchnerismo aplicar ciertas medidas parcialmente distributivas. Sin embargo, al no alterar la matriz productiva, esta situación se vuelve totalmente inestable.
Sólo la puesta en pie de un plan económico alternativo al servicio de la clase obrera y el pueblo, que parta de la nacionalización de la banca, el comercio exterior y de la gran industria, y de la reestatización de las empresas privatizadas bajo control de sus trabajadores, permitirá dar respuesta a los problemas de fondo que aún hoy continúan vigentes.

Bergoglio Papa ¿Habrá una “Iglesia para los pobres”?

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El primer Papa latinoamericano de los 266 que se han elegido, el primer jesuita, el primer argentino y el primero en llamarse Francisco, llenó de alegría a millones de fieles. Y desató un debate. ¿Es posible que se vaya a “una iglesia para pobres”, como dijo Bergoglio, o la Iglesia Católica seguirá cumpliendo el mismo rol de siempre, en apoyo a los de arriba, pero con una cara lavada? ¿Por qué el Vaticano -después de la inédita renuncia de Ratzinger- eligió a un Papa del “fin del mundo”? 
La crisis del Vaticano
Muchas voces han señalado que Bergoglio fue designado para “dar vuelta la página” de una profunda crisis que sacude al Vaticano y a la Iglesia Católica mundial. Los escándalos financieros, de corrupción y pedofilia rodearon la inédita renuncia del anterior Papa Ratzinger, algo nunca visto en más de 600 años. A su vez, la Iglesia no se ha podido exceptuar del proceso de decadencia del capitalismo imperialista, donde cada vez sus seguidores y pueblos explotados toman distancia de la misma.
En ese marco se explica la asunción del argentino Bergoglio -en un continente donde vive casi la mitad de los 1.200 millones de católicos del mundo-, figura con la cual la Iglesia busca dar un golpe de timón, nombrando por primera vez a un representante latinoamericano y de la orden de los jesuitas, intentando cambiar una imagen donde sus obispos viven en medio del oro, la opulencia, la corrupción y alejada de la gente. Poniendo a un nuevo representante que mostrará una política más hábil y populista que las del Opus Dei y Ratzinger, sinónimo del viejo “aparato” europeo del Vaticano.
Ya están operando los cambios cosméticos para mostrar una Iglesia “más cerca de la gente”, con la negativa del actual Papa a viajar en limusina, a no usar los habituales atuendos de oro, reemplazar los tradicionales zapatos rojos papales por los que usaba cuando recorría las villas argentinas, rompiendo el protocolo para saludar a los fieles o mencionar en sus primeras oraciones la palabra “pueblo”, prohibida en los documentos vaticanos de las últimas décadas.
Respetamos la alegría que ha provocado la designación de Bergoglio en millones de argentinos, pero decimos claramente que su asunción obedece a una clara política tendiente a lavarle la cara a una Iglesia que seguirá siendo parte de este sistema capitalista-imperialista, que defiende a una minoría privilegiada que descarga la crisis mundial y los ajustes sobre millones de trabajadores y pobres, la cual, además, históricamente se viene oponiendo al derecho al aborto, a la libre elección de la orientación sexual, al uso de preservativos y de cualquier otro método anticonceptivo, a la posibilidad del matrimonio entre personas del mismo sexo o entre sacerdotes, y al divorcio.
Este cambio de imagen de la Iglesia es una necesidad del imperialismo yanqui y europeo ante el creciente ascenso de las luchas de los trabajadores y pueblos del mundo contra sus planes de ajuste. Necesitan “una iglesia creíble” para intentar convencer a las masas que dejen de luchar. Con Ratzinger, esta tarea era imposible. Este será el principal rol del actual Papa Francisco, por lo cual seguramente lo veremos viajando por Latinoamerica y el mundo pregonando “la paz” y “la reconciliación” para intentar frenar los reclamos obreros y populares.
Fue claro en ese sentido el rol que jugó años atrás el Papa polaco Juan Pablo II, cumpliendo un papel contrarrevolucionario en el proceso de restauración capitalista en los ex estados llamados “socialistas” del Este europeo, promoviendo la libertad de mercado capitalista y buscando activamente desviar las revoluciones en curso por aquellos años. Recordemos cuando en 1982 viajó a nuestro país en medio de la guerra de Malvinas para pedir por “la paz”, es decir, por la rendición de Argentina ante los piratas ingleses. O en 1983, cuando el llamado “Papa viajero” visitó Nicaragua -con el fin de frenar la lucha que acababa de tirar abajo al dictador Somoza-; y El Salvador, en ese mismo año, en plena guerra civil, donde la guerrilla controlaba dos tercios del territorio, con el mismo fin.
Bergoglio: fiel representante de la reaccionaria Iglesia argentina
El actual Papa representa a una de las Iglesias más reaccionarias de Sudamérica, la argentina, ligada a los golpes militares (la fusiladora del 55, Onganía y la de Videla-Martínez de Hoz), muy lejos de una de sus alas, la Teología de la Liberación, o del “progresismo” brasilero que empujó la conformación de un Partido de Trabajadores (PT) en los años 80.
Si bien en esa institución hubo sacerdotes obreros o villeros, o que apoyaban luchas populares o democráticas, (Angelelli, Mujica), sus hilos fueron dirigidos por los Quarracino (monseñor recordado por decir que las lesbianas y gay deberían ser “encerrados en un ghetto”) o curas fascistas como Von Wernich -condenado por la justicia (nunca por la Iglesia) por ser parte de los interrogatorios y torturas a los detenidos-desaparecidos-. Teniendo entre sus filas a abusadores de niños como el Padre Grassi, refracción local de las barbaridades cometidas por curas pederastas en otras partes del mundo. Mostrando la doble moral de la jerarquía eclesial: mientras da sermones en nombre del amor y la justicia, sus jerarcas son parte de aberrantes y terrenales conductas delictivas.
Bergoglio -de quien los medios solo mencionan sus características “austeras”- es un populista reaccionario recordado por su pertenencia a Guardia de Hierro -sector derechista dentro del PJ-; por quitarle protección en la dictadura a dos curas jesuitas luego secuestrados; por sostener en los años 90 “no saber nada de los desaparecidos” -algo imposible luego del público juicio a las juntas militares de 1985- y, más recientemente, por encabezar la oposición al matrimonio igualitario. Por ejemplo, en el juicio de 2010 -donde declaró como testigo en la causa de los curas desaparecidos-, reconoció que le contaron sobre decenas de detenidos ilegales en la ESMA; y al peguntársele a Bergoglio por qué no lo denunció, dijo que se limitó a informarlo a las autoridades eclesiásticas, reconociendo que no actuó para impedir el asesinato de miles de desaparecidos.
Cristina Kirchner: del saludo frío al “Papa peronista”
Muchos medios han señalado que la designación de Bergoglio cayó mal en la Casa Rosada, atribuyendo por ello el frío mensaje emitido por la presidenta apenas enterada de su designación. Pero el kirchnerismo rápidamente se reacomodó. Primero, para no regalar en un año electoral a los políticos de la oposición patronal la disputa por los fieles que mostraron simpatía ante la elección del cardenal. Segundo, porque como dijera el filósofo de Carta Abierta, Ricardo Foster, “no es lo mismo Jorge Bergoglio que el Papa Francisco”. Una cosa es sacar rédito como hicieron los Kirchner polemizando con una iglesia ligada a los golpes de estado y alejada de las necesidades de las masas, y otra muy distinta es seguir embistiendo contra Bergoglio ahora, ungido jefe del Vaticano, institución proimperialista a la cual todos los políticos patronales rinden pleitesía.
Es cierto que el kirchnerismo tuvo demostraciones de enfrentamiento con la Iglesia y que Bergoglio fue opositor a algunas de sus políticas. Pero sus “peleas” nunca fueron de fondo. Ya que el gobierno siempre siguió sosteniendo el culto católico apostólico romano -donde la jerarquía local sigue viviendo de los fondos del Estado, con obispos y cardenales percibiendo sueldazos iguales al de los jueces-; subsidia millonariamente a la escuela privada de la cual la Iglesia actúa como patronal; paga puntualmente la deuda externa que viene de la dictadura y coincide con la Iglesia en militar contra el legítimo derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que evitaría la muerte de miles de mujeres sometidas a prácticas clandestinas. Mostrando que el peronismo kirchnerista está muy lejos del “progresismo” que pregona.
Los cambios sociales de fondo se conseguirán con lucha y movilización
La Iglesia Católica, más allá del doble discurso enarbolado por Bergoglio, seguirá estando al servicio de los ricos, grandes empresarios, multinacionales, banqueros y del imperialismo. No por casualidad su asunción fue saludada por Obama, los distintos gobiernos imperialistas y la DAIA argentina, ligada al sionismo del estado genocida de Israel. Lo mismo hizo el genocida Luciano Benjamín Menéndez en un juicio -con quien el fallecido cardenal Primatesta compartía palcos en plena dictadura-, poniéndose la escarapela con los colores del Vaticano; la patronal de los Blaquier, procesada por entregar obreros del ingenio Ledesma en la denominada “noche del apagón”, o el jefe de la UOCRA, Gerardo Martínez, partícipe de la última dictadura. Augurios que compartieron -con distintos argumentos- políticos del PJ, la UCR, el PRO, el FAP y hasta Pino Solanas, quien señaló: “la designación del Papa recae en una figura notable de la iglesia como Bergoglio por su enorme equilibrio y sabiduría”.
Por otro lado -y por motivos opuestos-, nuestro pueblo ha dado rienda suelta a sus legítimas aspiraciones sembrando ilusiones en que el “Papa argentino” sea una fuente de renovación ante tanta hipocresía y complicidad de la cúpula eclesiástica.
Desde nuestra parte consideramos que la Iglesia seguirá defendiendo los mismos intereses que defendió durante siglos. Por eso bregamos por la separación de la Iglesia del Estado, sacándole todos los privilegios estatales de los cuales goza.
Conscientes que la clase trabajadora y demás sectores populares, sólo podrán encontrar solución a sus graves problemas luchando por sus reivindicaciones en pos de otra sociedad, sin explotados ni oprimidos, que termine con los privilegios de todo tipo, por un gobierno de los trabajadores y una Argentina Socialista.

Los socialistas revolucionarios ante el fallecimiento de Hugo Chávez

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Los socialistas revolucionarios que hacemos parte de la Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT-CI), nos solidarizamos con el dolor del pueblo venezolano por la muerte del presidente Hugo Chávez. Como también compartimos esa solidaridad con sus familiares y con los miles de seguidores que Chávez y su movimiento tienen en Latinoamérica y el resto del mundo.
En el mismo sentido se ha expresado nuestro partido hermano -el Partido Socialismo y Libertad (PSL) de Venezuela-, que encabeza Orlando Chirino.
El impacto de su muerte trasciende las fronteras de Venezuela, porque Chávez ha sido un líder político de masas que abrió enormes expectativas de cambio para millones de trabajadores y sectores populares. Millones que en Venezuela y en toda Latinoamérica están hartos de la entrega, del saqueo imperialista, de las multinacionales, los oligarcas y del creciente nivel de pobreza, mientras los ricos son cada vez más ricos. Millones que vienen luchando contra los planes de ajuste.
La muerte de Chávez deja planteado hasta dónde su proyecto político respondió a esas expectativas y cuál será el futuro de su movimiento.


Chávez  surgió canalizando la crisis del Carachazo
Chávez era un militar desconocido en los 90. Y se convierte en presidente en 1998, canalizando el rechazo de masas a los viejos líderes y partidos políticos capitalistas que había llevado al desastre social a Venezuela. El “que se vayan todos” venezolano se dio en 1989, en la rebelión social conocida como el “Caracazo”. Miles salieron a las calles contra el ajuste. Chávez salió a cubrir ese enorme vacío político, levantando banderas nacionalistas, antiimperialistas y populares. Se terminó de consolidar cuando fracasó, por la movilización revolucionaria del pueblo venezolano, el golpe proyanqui de abril de 2002, impulsado por Bush y la vieja oligarquía del país.
Nuestra corriente socialista en Venezuela, integrada por militantes de larga trayectoria como Orlando Chirino, José Bodas, Miguel Ángel Hernández, Emilio Bastidas o Armando Guerra, entre otros, estuvieron entonces junto a la clase obrera y el pueblo impulsando la movilización para derrotar el golpe proimperialista, defendiendo el derecho democrático del pueblo que había elegido a Chávez. Se ganaron la autoridad para expresar sus discrepancias con el proyecto político de Chávez y su movimiento, desde una postura consecuentemente antiimperialista y socialista.
En el año 2005, Chirino señalaba, como uno de los principales dirigentes de la central obrera UNT, que “el proyecto político del presidente Chávez se sigue cimentando en esa ilusión de que es posible desarrollar un proyecto nacionalista burgués... Allí radica nuestra diferencia estratégica con lo que hasta ahora viene planteando el presidente Chávez. La única clase social que está dispuesta a ir hasta el final, justamente es la clase obrera, los trabajadores... Eso de impulsar un proyecto basado en la supuesta “función social” del capital, ni es nuevo, ni lamentablemente es socialismo” (libro Reportajes a dirigentes de la UNT, junio 2005, páginas 65 y 67).
De esta forma se expresaba las limitaciones del proyecto del chavismo para lograr soluciones de fondo para los trabajadores y el pueblo. Efectivamente, el proyecto no era nada nuevo. Desde el primer momento el proyecto de Chávez tuvo puntos de contactos con lo que fue el peronismo en los 50, en Argentina. También Perón tuvo roces con el imperialismo y pudo dar algunas concesiones sociales por una buena coyuntura económica de pos guerra. Pero al no romper con el capitalismo nunca logró realmente solucionar los problemas de fondo de los trabajadores y el pueblo. Chávez también aprovechó una coyuntura de precios petroleros altos para dar algunas concesiones como las Misiones. Pero al mantener la estructura capitalista del país, conviviendo con las multinacionales, los banqueros, los grandes empresarios y una nueva burguesía, la llamada “boliburguesia”, luego de 14 años de gobierno, los problemas vitales del pueblo venezolano (salario, salud, educación, vivienda) siguen sin solución.

La lucha de los trabajadores y el pueblo venezolano va a continuar
Hoy en Venezuela, el dolor por la muerte de Hugo Chávez pondrá una pausa de duelo. Mañana, el pueblo venezolano seguirá su lucha por sus reivindicaciones y los cambios sociales a los que aspira.
Sabemos que aún amplios sectores de masas tienen expectativas de que, aún sin Chávez, el gobierno del PSUV le responda a sus aspiraciones. Respetando esa opinión, seguiremos diciéndoles que con este proyecto, gobierne quien gobierne, Maduro o Diosdado Cabello, no habrá salida para los problemas del pueblo trabajador.
El pueblo seguirá padeciendo una altísima inflación y bajos salarios a causa del ajuste que  está aplicando Maduro que, según él, fue aprobado por Chávez. Basada en una devaluación del 46,5%, una medida típica de ajuste capitalista.  Seguirá la lucha por la defensa del salario y contra la criminalización de la protesta, tal como se evidenció en la represión brutal de que fueron víctima nuevamente los Yukpa y el asesinato por sicarios de su dirigente Sabino Romero.
Tampoco son solución los dirigentes de la oposición burguesa proyanqui reciclados en la MUD, que ahora quieren aparecer como los adalides de la Constitución que ellos mismos pisotearon con el golpe y el paro-sabotaje petrolero en el 2002.
Por todo ello hacemos nuestra la propuesta levantada por el PSL en Venezuela, que “ plantea transformaciones concretas para avanzar hacia una sociedad mucho más justa y solidaria, partiendo de que el petróleo sea 100% del Estado venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales, y sea gestionado directa y democráticamente por los trabajadores y técnicos de nuestra principal industria. Partiendo de la recuperación de nuestro principal recurso, se podrán enfrentar los problemas del país, convirtiéndolo en una gran palanca económica al servicio de salud y educación gratuita para todos, viviendas dignas, salario mínimo igual a la canasta básica, seguridad social y personal, jubilaciones a tiempo y retroactividad de las prestaciones sociales, trabajo digno y productivo, desarrollo industrial y reforma agraria, en el marco de un modelo sin explotación de unos seres humanos por otros, ni depredación irracional de la naturaleza.
Para nuestro partido, solo a través de  la organización obrera y popular autónoma y la movilización, en la perspectiva de la lucha por conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo explotado, se podrá encontrar solución para los problemas que nos aquejan. De allí que la actual coyuntura que atraviesa el país ratifique la necesidad de construir una alternativa verdaderamente de izquierda y revolucionaria, que supere el falso socialismo del siglo XXI y la falsa democracia que pregona la derecha. Una alternativa política que en la calle, en las universidades, en los portones de las fábricas, en las áreas petroleras, así como en el terreno electoral, se erija en herramienta de lucha para los trabajadores, las comunidades y la juventud” (Declaración PSL, 16 de enero 2013).

Financiamiento educativo: La mentira K de las “metas alcanzadas”

lunes, 4 de marzo de 2013 · 0 comentarios

El gobierno kirchnerista sacó una solicitada y un informe en Fútbol para Todos criticando el reclamo docente y justificando su política educativa, responsabilizando a los gobernadores por la crisis salarial. Además, dice haber aumentado el gasto en Educación hasta el 6% del PBI, como proponía la Ley de Financiamiento Educativo, recomendado por el Banco Mundial. Si esto es cierto: ¿cómo es que la educación pública se sigue cayendo a pedazos, los docentes siguen cobrando salarios de miseria y todos observamos la continuidad de la decadencia de los establecimientos educativos y el déficit del material básico para trabajar?

La propia “meta” de la ley de financiamiento contenía una trampa: se aceptaba las directivas del Banco Mundial, que remplazaba a la “vieja” e histórica meta establecida en 1960 por la Unesco: que en cada país el 25% del presupuesto se dedicara a Educación. “Pero es lo mismo”, nos decían, “es sólo un indicador más moderno”, “6% del PBI o 25% del presupuesto da un número similar”. Falso, rotundamente falso: sumando los presupuestos de las provincias y de Nación, la Argentina hoy invierte en educación casi el 6% del PBI que equivale al 13,8% del Presupuesto total. ¡Faltarían todavía 11 puntos para alcanzar lo recomendado por Unesco! Acá está la primera respuesta a la decadencia de la educación pública argentina.

Pero alguien podría pensar: “Ciertamente falta. Pero al menos se aumentó lo que se gasta en educación en comparación con la década menemista”. De nuevo, rotundamente falso: la Ley de Financiamiento tomaba como punto de partida el año 2005, cuando lo destinado a Educación era el 4,6% del PBI, y hoy muestra como un éxito que se lo haya llevado al 6%. Pero si nos tomamos el trabajo de mirar los números “hacia atrás”, tenemos que en 2001, antes de la crisis, el gasto en educación era del 4,9% del PBI. Esos eran los números de una época donde todos acordamos que la educación ya estaba en crisis total y absolutamente desfinanciada. ¡Pasó toda una década de “gobierno nacional y popular” para aumentar apenas 1%!

Pero apenas hemos despuntado el iceberg. El kirchnerismo nos prometía, además, modificar las cuestiones más aberrantes de la política educativa menemista. Todos coincidiríamos en que uno de los problemas más graves estaba en las consecuencias de la “transferencia” de las escuelas a las provincias de 1992. Así quedaba, entonces, un Ministerio de Educación “sin escuelas”, aportando sólo el 17% del total de gasto educativo, mientras que el “muerto” del gasto caía sobre las provincias, con el 83% restante. Pero cuando se sancionó la ley de financiamiento, por las luchas docentes provinciales y el propio Argentinazo, habían modificado ese número “a la fuerza”: la Nación estaba poniendo el 27% del total y las provincias el 73%. Aun así, los porcentajes seguían siendo aberrantes, generando disparidades terribles entre distintas jurisdicciones. Pero si nos preguntamos que pasó luego de la aplicación de la Ley de Financiamiento, tenemos que ahora Nación aporta el 32% y las provincias el 68%. ¡Así “prioriza” el gobierno kirchnerista la educación! En concreto, en el Presupuesto Nacional de 2013 lo destinado a Educación no llega al 6%, mientras que para pagos de deuda pública se dedica más del 9%.

A todo esto tenemos que sumarle que no se ha modificado en absoluto la tendencia a la privatización de la educación (la educación privada no disminuyó en el total, sino que aumentó del 25 al 27% en estos años), lo que se expresa en que gran parte de los fondos estatales son destinados a subsidiar establecimientos privados (en particular de la Iglesia Católica): en promedio, por cada 2,7 pesos que el estado invierte en la escuela pública, pone 1 peso en la privada.

Resulta ahora claro por qué, aunque el gobierno kirchnerista “cumplió” la meta del Banco Mundial de llegar al 6% del PBI en “inversión educativa”, “no cumplió” ninguna de las otras metas que demagógicamente planteaba la Ley de Financiamiento, las más importantes: ni se llegó al 30% de la matrícula en escuelas de jornada completa, ni al 100% de inclusión en el prescolar, ni a los 10 años de escolaridad para todos, ni, mucho menos, a eliminar la desigualdad en la inversión por alumno por cada jurisdicción. Ello sólo será alcanzable volviendo a la vieja meta de la Unesco: 25% del presupuesto para educación, en la Nación y en las provincias, totalmente dedicado a la educación pública, terminando con los subsidios a las privadas. ¿Es posible? Absolutamente, si dedicamos a ese fin prioritario todo lo que hoy se destina al barril sin fondo de los pagos de la deuda externa.

Apoyemos a los docentes

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Nuevamente el gobierno de Cristina impide que las clases se inicien. Su propuesta salarial es tan absurda que los propios dirigentes hiperkirchneristas convocaron al paro nacional de CTERA. Lo mismo hacen los gobernadores. ¿Cuál es la solución para lograr un verdadero aumento y que los chicos tengan una escuela digna?



El ministro Sileoni ha reconocido que la paritaria nacional docente es sólo testimonial, para marcar la cancha a los reclamos salariales en las provincias. Por eso puso un techo miserable de 16% de incremento salarial y luego 3 y 3% en septiembre y febrero de 2014, respectivamente. ¡Son $12 de aumento por día! El gobierno justificó esa política de ajuste “para ayudar” a los gobernadores, que no tienen plata. Y decretó el cierre unilateral de la paritaria.

Efectivamente, los gobernadores dicen el mismo verso y ofrecen cifras aún menores. En Neuquén un 11% y en Santa Cruz 25% ¡después de dos años sin aumento! En Buenos Aires Scioli directamente no hizo oferta porque era del 8% y pidió “paciencia” hasta el 15 de marzo. En Capital y Córdoba, Macri y De la Sota, para mostrarse “presidenciables”, se “han estirado” ofreciendo miserables 26% en tres partes. Esto demuestra que Cristina, los gobernadores kircheristas y de la oposición patronal tienen la misma política, de que la crisis la paguemos los trabajadores, a costa de nuestra miseria salarial y de la educación de nuestros hijos.

Que la plata la pongan Cristina y los gobernadores

El gobierno kirchnerista mantuvo la trampa menemista de pasar a las provincias el sostenimiento del sistema educativo, salarios e infraestructuras. Esto llevó a crisis y falta de pagos o pago en bonos. Se resolvió parcial y tramposamente con la Ley de Financiamiento Educativo que obligaba a la Nación a aportar porcentajes crecientes que ni siquiera cumplieron. Para el 2010 Nación debía aportar el 40%, pero en 2013 apenas pone el 27%. Ahora, para mantener los pagos de la deuda externa y los subsidios a grandes empresarios, Cristina quiere seguir ajustando a los docentes y lo hace junto a los gobernadores. Ellos se tiran la pelota, pero los salarios miserables los cobramos los maestros. Los poco más de $3.000 de salario de un docente que se inicia, es menos que lo que conseguirán sólo de aumento otros trabajadores.

Hay que volver al sistema educativo nacional único. Que Nación garantice los fondos para salarios dignos e infraestructura escolar, terminando con los subsidios a las escuelas privadas y suspendiendo los pagos a los banqueros. Que todos los docentes del país cobremos el mismo salario, en blanco, con un inicial igual a la canasta familiar.

Hay que exigir un plan de lucha nacional y coordinarlo

La conducción de CTERA y otros gremios docentes se vieron obligados a llamar al paro porque el gobierno los dejó en ridículo y la base presiona por un salario digno. Pero todos sabemos que sólo con un día de paro el gobierno no cederá. Hay que exigirle que la marcha convocada para el 6 de marzo sea con paro nacional y se siga con paros progresivos.
Muy importante fue el Encuentro Nacional Opositor realizado el 18 de febrero al que asistieron directivas de nueve sindicatos provinciales, entre ellos el de Santa Cruz, Neuquén, Misiones, Rosario, Capital y todas las agrupaciones opositoras. Allí se aprobó el pliego común de reclamos y la exigencia de que la Nación destine una partida de emergencia que cubra lo que las provincias no puedan. Pero, para atacar el aislamiento en las luchas provinciales que impone CTERA, es necesario que las provincias en lucha coordinemos un plan de lucha común. Para evitar el desgaste de paros aislados. Para pegar todos juntos.
Además, contra las campañas difamatorias del gobierno contra los docentes y nuestra lucha, es muy importante que estudiantes y trabajadores acerquen su apoyo. Sólo los docentes, estudiantes y padres defenderemos a muerte la educación pública.

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